Había tenido 2 hijos, pero no se llevaban bien. Ya no sabía que hacer con ellos. Una noche enloqueció y los mató a los dos. Cuando estaba enterrando sus cuerpos, vio a dos lobos, a lo lejos, aullar. La tierra tembló y, el árbol que estaba a su lado, le cayó encima, enterrándola, justo al lado de los dos cuerpos.
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