domingo, 5 de agosto de 2018

El trabajo del taxista

Iba manejando, como cada día, durante los 365 días del año, por, al menos, 12 horas. Había una clienta en la parte de atrás de su taxi. Ella iba revisando su celular, sin prestar atención a nada más. Sólo un segundo bastó para que sus párpados se cerraran. Al abrir los ojos, todo parecía transcurrir igual que siempre, mas no había ya nadie en el asiento trasero. Nunca pudo saber que había sucedido, no con exactitud. A partir de ese momento, su trabajo sería conducir a todas las almas perdidas, hacia las puertas del paraíso.

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