viernes, 14 de septiembre de 2018

Grito mudo

Tenía tantas ganas de gritar, que se fue en busca del pozo más hondo jamás visto en la tierra. Sabía que sus penas eran demasiado intensas como para compartirlas a todo grito.  Temía que ese grito fuera demasiado fuerte, tan fuerte, que acabara en un enorme temblor de tierra, que provocara movimientos tectónicos nuevos. Caminó más de medio siglo buscando el lugar ideal. Lloró hasta que su cabeza explotó y su mente ya no razonaba más que la idea de ahogar cada una de sus penas. Un día, al fin, encontró el tan anhelado sitio. Jamás había visto un pozo tan profundo y negro, realmente espeluznante. Se acercó e inspiró durante más de 30 segundos, sus pulmones se expandieron hasta casi explotar.  Abrió su boca, dispuesta a gritar todo lo que había acumulado su garganta. Pero no salió más que puro aire, caliente como un volcán, que secó la última lágrima que corrió por su mejilla.











No hay comentarios.:

Publicar un comentario