lunes, 24 de diciembre de 2018

Justificada preferencia

Prefiero las ratas a los murciélagos. Cuando llegué, ellos eran mis amigos. Veíamos la misma luna, cada noche, como si compartiésemos las mismas penas. Con el tiempo, se dieron cuenta de que yo no era necesario y decidieron de una vez, salir hacia donde yo  jamás iré. Ahora, mis amigas son estas pequeñas carroñeras. Sé que jamás se apartarán de mi lado, pues ellas sí me necesitan. Al menos, durante el tiempo que dure mi putrefacto cuerpo, estarán aquí.  Dicen que los huesos son eternos, por eso sé que seremos amigos por mucho tiempo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario