sábado, 20 de abril de 2019

Circunstancias

Era lo único que podíamos hacer por él, dadas las circunstancias. Ya le habían quitado la larga cola y los prominentes cuernos. Al unísono, su alma había cambiado, y poco a poco, fue desapareciendo ese espeluznante color rojo que lo había caracterizado durante tantos millones de años. Se fue tornando cada vez más humano; estaba muy triste. Sentía que no tenía nada que aportar al mundo. Así que lo llevamos de vuelta al infierno, donde aún conservaba su trono intacto. Entonces entendimos que nuestra alma sí que no cambiaría, ni el mundo tampoco; el bien necesita del mal.

1 comentario: