Llevaba persiguiéndola todo el día. Se sentó a su lado, como si no la conociera. Tenía que recuperar a su familia, y ella se la había llevado. Aquella la miró, le dejó sus cosas en su lado del banco, y se fue a algún sitio. Ella tomó la guadaña y entró por la puerta por donde la otra había salido.
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