La tormenta era roja. Las gotas de sangre que llovían, empapaban su verde corazón. Entonces comprendió que todo había sido en vano. Por más que luchara, jamás iba a evitar la muerte de los ángeles; había demasiadas sombras en el mundo. A partir de ese momento, su corazón se volvió negro y se convirtió en una persona más, llena de miedos y perjuicios, como todos.
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